Día Mundial del Medioambiente.

El 5 de junio es el Día Mundial del Medioambiente.

La mitología griega nos cuenta que todo nació de la Madre Tierra, Gea, la deidad primigenia y suprema.
Los seres humanos creamos a los/as dioses/as para explicar todas aquellas situaciones que escapaban de nuestro conocimiento y que no éramos capaces de controlar. El control es la base de todo. Los dioses, omnipotentes, podían hacer realidad su voluntad pero los/as humanos/as no. Así que agachamos la cabeza y reconocimos la superioridad de supuestos seres soberanos, perfectos y todopoderosos. Pero somos una especie demasiado orgullosa para someternos a nadie, menos aún a alguien cuyo existencia tan sólo podemos imaginar, y nuestra forma de rebelarnos fue adquirir poco a poco el absoluto control sobre nuestro alrededor. Y así fueron cayéndose varias divinidades de sus peldaños. Tras el paso de los siglos, finalmente, nuestra voluntad acaba también haciéndose realidad y nuestro control sobre el planeta se acrecentó tanto que los seres humanos, desprotegidos al nacer, crecimos y nos hicimos tan fuertes que hemos terminado acorralando a Gea, en un afán matricida.

Y en ese empeño por alcanzar nuestra propia condición divina hemos arrasado con todo. Pero ¿qué mas da? Vivimos con todo lujo de comodidades, con una televisión que nos entretiene, una nevera que nos mantiene los alimentos frescos y automóviles con los que desplazarnos. Nos hemos convertido en nuevos dioses del Olimpo, recostados viendo cómo el mundo se va al garete mientras nos centramos en nosotros/as mismos/as. Y lo peor es que no parece que vayamos a cambiar de actitud.

Eso sí, fingimos teatral consternación cuando conocemos los datos que muestran un planeta agónico, llenamos la boca de buenas palabras y prometemos ejemplares intenciones que luego quedan en nada.

Las filosofías orientales nos hablan del equilibrio universal, un equilibrio que permita librarnos del caos. Pero estamos rompiéndolo y, por tanto, condenándonos. Aunque se trata de una muerte dulce; estamos tan cómodos/as que no somos conscientes de que nos condenamos siguiendo el camino que ya hace tiempo iniciamos.

Nuestra relación con Gea ha de ser de simbiosis, pero no sacando sólo nuestra especie provecho de los recursos naturales sino también la propia Naturaleza. Si se destruye nuestra fuente de recursos nos condenamos. Nuestra egoista actitud condenará al futuro, pero aunque el latín sea una lengua muerta todo el mundo sabe decir "carpe diem".

Y entrando en lo político, el socialismo del siglo XXI tiene este asunto como principal tema. El ecologismo ha de formar parte de nuestro pensamiento; la izquierda debe seguir buscando el bienestar de los/as ciudadanos/as, y este pasa por conservar el medioambiente. Es nuestro gran reto, sobre todo el de la juventud socialista, encontrar las soluciones necesarias para la conservación y restauración de la Naturaleza.

El Gobierno de Zapatero ya ha realizado algunas medidas encaminadas a detener el desgaste del medioambiente, como crear la "Red de ciudades por el clima" que integra a distintos municipios de nuestro país conscientes de la necesidad de reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Pero somos sobre todo la ciudadanía la que debemos tomar responsabilidad en este tema, primero concienciándonos y después exigiendo a la Administración (desde los Ayuntamientos al Gobierno central pasando por los autonómicos) medidas contundentes. Hemos de exigir a los Consistorios la implantación de la Agenda 21 que permita elaborar una respuesta política ante este problema elaborando medidas de sostenibilidad y contando con la participación ciudadana.

En definitiva, ya que nos hemos acabado convirtiendo en semi-dioses, gobernemos sin renunciar a nuestra humanidad.