Hay ocasiones en las que lo que uno ve y escucha a través de los medios de comunicación penetra en el cerebro como una descarga eléctrica haciendo que salten todas las alarmas.
Me resulta inexplicable la reacción que el acto de apoyo al juez Baltasar Garzón ha provocado en ciertos periodistas y políticos que ya conocemos sobradamente. Me deja boquiabierto escuchar cómo se usa la palabra "atentado", en un país como el nuestro en el que hay palabras con las que no se debe frivolizar, para criticar un acto de libertad de expresión de quienes allí estaban presentes.
Debo decir, por otra parte, que no tengo ninguna simpatía por Garzón. No me parece más que un ególatra que disfraza sus ansias de protagonismo con supuestos trajes de justicia universal e histórica, y no asistiría de ninguna manera a un acto en el que se cantaran sus loas.
Sin embargo nunca se me ocurría cargar contra quienes quieran mostrar públicamente su opinión acerca de este caso. Nunca se me ocurriría pensar que es antidemocrático cuestionar las decisiones del Tribunal Supremo. Si criticar aquello que hace el poder judicial es antidemocrático, por ser éste uno de los poderes del Estado, ¿lo sería también criticar al Gobierno? ¿Está atentando todos los días el PP desde su labor de oposición?
Las personas que asistieron al acto convocado por los sindicatos ejercen su derecho de libertad de expresión, y éste no está limitado a causa de hacia quién se dirije dicha expresión -crítica en este caso-.
Querer callar a la ciudadanía, querer que sólo digan aquello que nos gustaría escuchar, es la única actitud que debería ser reprochada, es la muestra de que hay quienes no entienden de qué va la democracia.
miércoles, 14 de abril de 2010
Los apoyos a Garzón
Publicado por Diego Asenjo a las 21:16
Etiquetas: Política general
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1 comentario:
Existe derecho a expresarse y a dar su opinión critica con respecto a la actuación de los Tribunales, pero lo que no es admisible en Derecho es la calumnia, que es lo que hizo el que fuera Fiscal durante el franquismo, Villarejo. Es más, en mi opinión como jurista, la Fiscalía General del Estado debería proceder contra él por calumniar gravemente contra los magistrados del Tribunal Supremo, ya que está tipificado como delito en el art. 504 del Código Penal.
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