martes, 20 de abril de 2010

El velo en institutos


No me gusta el uso del velo. Me parece que se trata de una imposición cultural, religiosa, e incluso en algunas ocasiones familiar de la que nadie debería permitirse ser objeto.

No me gusta el hábito de las monjas. Me parece que se trata de una imposición cultural y religiosa -aquí obviaremos la parte familiar- de la que nadie debería permitirse ser objeto.

Sin embargo no escucho a mucha gente que estos días con las noticias en relación a la joven Najwa, estudiante de secundaria, dispare sus mismas críticas contra la sumisión que la Iglesia tiene preparada para las hermanas de tal o cuál convento.


Pero aunque a mí no me gusten ni pañuelos ni hábitos, respeto la libertad religiosa de cada persona para, dentro de unos límites razonables, expresar su fe. En este sentido creo que cualquier joven estudiante que lleve puesto el hiyab debe ser respetada, de la misma forma en que lo es quien decide llevar un crucifijo como colgante.

Y me parece que comparar el pañuelo con una gorra, de la forma en que lo hace Esperanza Aguirre o el Instituto de esta joven, es una muestra clamorosa de frivolidad y de ataque hacia la religión islámica.

Es cierto que este Instituto, como muchos otros, tienen sus propias normas de vestimenta pero resulta curioso que pongan al mismo nivel un símbolo religioso y a una prenda meramente decorativa. Parece, más que una preocupación por el vestir, una excusa para poder lavarse mejor las manos... y eso también tiene mucha carga religiosa.

miércoles, 14 de abril de 2010

Los apoyos a Garzón

Hay ocasiones en las que lo que uno ve y escucha a través de los medios de comunicación penetra en el cerebro como una descarga eléctrica haciendo que salten todas las alarmas.

Me resulta inexplicable la reacción que el acto de apoyo al juez Baltasar Garzón ha provocado en ciertos periodistas y políticos que ya conocemos sobradamente. Me deja boquiabierto escuchar cómo se usa la palabra "atentado", en un país como el nuestro en el que hay palabras con las que no se debe frivolizar, para criticar un acto de libertad de expresión de quienes allí estaban presentes.

Debo decir, por otra parte, que no tengo ninguna simpatía por Garzón. No me parece más que un ególatra que disfraza sus ansias de protagonismo con supuestos trajes de justicia universal e histórica, y no asistiría de ninguna manera a un acto en el que se cantaran sus loas.

Sin embargo nunca se me ocurría cargar contra quienes quieran mostrar públicamente su opinión acerca de este caso. Nunca se me ocurriría pensar que es antidemocrático cuestionar las decisiones del Tribunal Supremo. Si criticar aquello que hace el poder judicial es antidemocrático, por ser éste uno de los poderes del Estado, ¿lo sería también criticar al Gobierno? ¿Está atentando todos los días el PP desde su labor de oposición?

Las personas que asistieron al acto convocado por los sindicatos ejercen su derecho de libertad de expresión, y éste no está limitado a causa de hacia quién se dirije dicha expresión -crítica en este caso-.

Querer callar a la ciudadanía, querer que sólo digan aquello que nos gustaría escuchar, es la única actitud que debería ser reprochada, es la muestra de que hay quienes no entienden de qué va la democracia.