Mostrando entradas con la etiqueta Mujer. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mujer. Mostrar todas las entradas

miércoles, 21 de febrero de 2007

Contracorriente: Prostitución; Miss Cantabria; Dolce y Gabbana.

Para que luego no se diga que uno comulga con todo lo que hace o dice el PSOE, el Gobierno, la izquierda, etc. voy a dar mi punto de vista acerca de tres cuestiones que han estado de actualidad en los últimos días (prostitución, Miss Cantabria y anuncio de D&G) y con cuyo análisis por parte de la línea "oficial" estoy en desacuerdo.

En primer lugar, la cuestión de la prostitución. El Congreso ha recomendado que no se apruebe su regularización. Y yo, por contra, estoy a favor de que sí se haga. Me refiero de aquí en adelante, claro está, a la que se ejerce de forma voluntaria y sin la presión de mafias, sin tener que ver con la trata de blancas y demás. En estos casos que se actúe con dureza.

La prostitución no podrá desaparecer nunca, es imposible que deje de existir. El ser humano necesita sexo, forma parte de su condición humana y, aunque es controlable (sino fuese así seríamos animales) es indispensable. Y mientras haya personas que por alguna razón no tengan a otras con las que poder tener relaciones es posible, y comprensible, que se vean impulsadas a pagar por tenerlas. Y si hay oferta hay también demanda. Se trata éste de un elemento fundamental e indiscutible, y ante una realidad así, que trae consigo un mundo tan desbarajustado, sólo queda la regularización.

La prostitución no deja de ser un trabajo. La única particularidad está en el hecho de que hay sexo de por medio. Se dice que es que se alquila el cuerpo de las personas, pero eso ocurre con cualquier trabajo. A cambio de dinero una persona ofrece su fuerza, sus capacidades intelectuales, su tiempo, su energía física y mental, etc. Se dice que las personas prostitutas lo hacen porque no tienen nada mejor, pero en este mundo de contratos temporales y trabajos basura nadie encuentra fácilmente un buen trabajo. El peón de una obra o el minero que se deja los pulmones en la profundidad de la tierra alquilan su cuerpo e incluso sacrifican su propia salud a cambio de dinero. Se dice que falta dignidad a quienes ejercen la prostitución simplificando así el concepto de dignidad e identificándolo con el sexo; cuando éste es con una pareja, una amistad o alguien desconocido está bien visto pero en el momento en que hay dinero de por medio deja de ser alabado. Lo "íntimo" del sexo es lo que subjetivamente diferencia, a algunos ojos, un trabajo de otro.

Por muchas vendas que nos pongamos hay realidades que no desaparecerán. Y mientras se intenta acabar inútilmente con el ejercicio de la prostitución son las personas prostitutas las que se ven afectadas al continuar viviendo sin ningún tipo de garantías en lo que hacen. Continuar hablando sobre lo "malo" que tiene la prostitución no mejora las condiciones de trabajo de estas personas. Hace falta un paso valiente y libre de dogmatismos y moralinas, como el que en su día parecía dar la Generalitat (aunque parece que el anteproyecto que se redactó está parado).

El segundo tema que quiero comentar es el del concurso de belleza "Miss Cantabria" que ha desposeído de su título a la que hasta ahora era la última ganadora del certamen debido a que es madre.

Se ha puesto el grito en el cielo y se ha llegado a exigir que le devuelvan el título o que se elimine la cláusula del concurso que impide a una madre ser "Miss" pero no a un padre ser "Mister".

Soy un aficionado a la literatura, y alguna vez escribo alguna cosilla. A menudo me gusta echar un vistazo a los concursos literarios que se convocan por si me animo a presentar un escrito de cosecha propia. Pues bien, hay concursos sólo para mujeres, para menores de edad, para escritos en un idioma determinado, etc. Y cuando leo las bases de los concursos compruebo si yo puedo participar y si es así, y me apetece, lo hago. Lo que no se me ocurre es presentarme sabiendo que no cumplo las condiciones. No lo hago a no ser que quiera montar un poco de revuelo. Si hay unas bases públicas uno las lee y se atiene a ellas.

Eso no quiere decir que se esté de acuerdo con ellas. No digo que sea justo que una madre no pueda ganar y un padre sí, a pesar de que la norma del concurso no establece la diferenciación porque sí, sino que la intenta justificar. Pero el concurso es así. ¿Protestar? por supuesto, todo lo que se quiera. Puede incluso llevarlo por la vía judicial si cree que atenta contra sus derechos constitucionales, de hecho la ex-Miss ha declarado que así lo hará.

Y el tercer tema, el del anuncio de la empresa Dolce & Gabbana, empresa especialista en marketing vírico y polémico, y un anzuelo que por muy visto que esté consigue que siempre piquen los mismos para placer y agrado de los publicistas. Hay comportamientos demasiado predecibles.


Se dice que el anuncio puede provocar violencia contra las mujeres y que evoca una violación. Sí, y también seguramente quien lo vea sufrirá estigmas, hablará lenguas desconocidas y le girará el cuello 360º. Qué manera de entrar al trapo... En fin, pues en lugar de una violación ¿por qué no una orgía? E incluso una orgía de componentes sadomasoquistas. Bueno, es que seguramente una orgía así causaría desmayos en según qué personas. Desde luego si la imagen refleja cómo es una violación hay que decir que parece menos cruel, salvaje, angustiosa, despreciable y dolorosa de lo que imaginaba.

¿Cuántas películas muestran escenas violentas hacia mujeres, hombres, niños, perros o gnomos de jardín? ¿Cuántas, incluso, violaciones? ¿Y cuántas de ellas, además, son alabadas por la crítica? ¿O han ganado multitud de premios?

Algunas organizaciones han pedido la retirada de España de este anuncio
. ¿También pedirán la retirada de la mayoría de películas para mayores de 18 años de nuestros videoclubs? ¿Es que vamos a controlarlo absolutamente todo? Dios mio, pobre de aquel que comiendo una hamburguesa del Burger King y bebiendo una cerveza delante de los hijos del vecino se ponga a leer al Marqués de Sade con una bolsa a su lado repleta de videojuegos ¡Que huya antes de que lo quemen en la hoguera!

Lo que sí indigna es ver cómo hay quienes deben pensar que la gente es rematadamente estúpida. Que si ven un anuncio así se ponen una media en la cabeza y comienzan a apalear a la primer mujer que vean pasar. ¡Qué poca confianza en las personas! ¡Qué poco respeto a la inteligencia!

Si no te gusta cómo D&G se divierte a costa de los de siempre en vez de pedir retiradas de nada, no compres el producto que tratan de venderte. Es así de sencillo. A las empresas no hace falta expulsarlas, o desterrar sus trabajos (a no ser que vayan contra la ley, y si creen que así es pues, como con el concurso Miss Cantabria, que lo lleven ante un juez, a ver qué pasa), simplemente basta con no darles el dinero de nuestros bolsillos. Eso sí es lo que les hará daño.