sábado, 28 de enero de 2012

La democracia y el poder judicial


Gallardón, ese hombre de derechas que cae bien a la izquierda, o al menos es el tópico con el que muchas veces nos regalan los oídos. Lo será, si acaso, para la izquierda que no había tenido que sufrirle hasta ahora en el Ayuntamiento de Madrid.


Pero cuando te sitúas en primera línea de batalla ya no se puede jugar a ser simpático. Esa pose británica pero cañí, ese camuflaje de sus ideas conservadoras, o ese enfrentamiento con Esperanza Aguirre que parecía situarle a él en una situación más simpática a ojos de la ciudadanía por simple comparación, ya no sirven cuando tomas decisiones bajo los focos.

De las medidas que van a tomarse en relación a la Justicia en España hay varias -la mayoría- que no me gustan. Pero la de la elección del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por los propios jueces me produce picores incontrolables.

Muchas veces se habla de la independencia del poder judicial. De que la separación de poderes es una pantomima en España. Que esto no es democracia, que no nos representan. De hecho, muchos nuevos adalides de la democracia pura y sin mácula pedían que fueran los propios jueces quienes eligiesen al CGPJ.

Es curiosa esa idea... fortalecer la democracia pero sin que haya legitimidad democrática alguna que sustente al poder judicial. A no ser que ahora las oposiciones a la judicatura deban pasar primero por la votación del pueblo.

Tres poderes. El Legislativo que se conforma en base a unas elecciones generales. El Ejecutivo que es controlado por quienes representan a la soberanía popular, y cuyo jefe es además elegido por estos. Y el judicial que se lo guisará y comerá solito.

Además, se da un hecho clave. La gran mayoría de jueces son conservadores. El consenso en Justicia que existía hasta ahora permitía que hubiese representación también de la minoría progresista. Con la medida planteada por el PP, la mayoría conservadora votará, obviamente, por jueces conservadores.

De esta forma la derecha se hace con un poder absoluto (sumando además medios de comunicación).

Todo en pos, eso sí, de una democracia más fuerte. Aplaudamos.

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