viernes, 11 de agosto de 2006

Arde Galicia



Lo que está ocurriendo en Galicia es una situación terrible. Desde hace ya más de una semana el fuego está arrasando miles de hectáreas de bosque. A día de hoy son 136 los incendios que asolan esa tierra, de los que 96 están fuera de control.

La frustración de la gente de Galicia es extrema. Por cada incendio que apagan surgen tres más. Esta situación insostenible vuelve a mostrarnos el coraje de los gallegos y gallegas que, como en el pasado con el Prestige, encaran los problemas y les hacen frente con todas sus fuerzas. La respuesta de la sociedad es hoy, como entonces, encomiable: más de 3.000 personas voluntarias están luchando contra el fuego.

Hace un año vivimos una situación parecida, aunque no tan límite, de incendios en Castilla La Mancha. Debido a ello el Gobierno, a través del Ministerio de Medioambiente, tomó varias medidas encaminadas a la prevención de incendios. ¿Han sido suficientes? Quizá no. Aunque en este caso nos encontramos ante desalmados que provocan estos incendios por toda Galicia, está claro que no contamos con un sistema de actuación eficaz para hacer frente al problema. Si las labores de prevención fallan tocan las de extinción, y ahí es donde posiblemente haya que hacer un mayor esfuerzo. Aunque lo cierto es que resulta tan incomprensible que algunas personas se dediquen a causar tanto caos que quizá la crisis que está teniendo lugar se sale de cualquier previsión. Pero ¿contamos con suficientes equipos para la extinción de fuegos? ¿Con la preparación necesaria?

El esfuerzo del Gobierno está siendo grande, solicitando ayuda exterior y aportando efectivos militares. Sin embargo, por muchas personas que se envíen a apagar fuego de nada servirá si los cuerpos de seguridad del Estado no detienen a aquellas que los provocan. Ya se han detenido a 20 personas, pero parece que la envergadura de esta barbarie es mucho mayor, puesto que los fuegos siguen produciéndose sin causa natural aparente.

De todas formas, el Ejecutivo de Zapatero, y los de las distintas Comunidades Autónomas, deberán tomarse esta situación muy en serio y poner las soluciones ahora, y no buscarlas cuando volvamos a encontrarnos ante una situación parecida.

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