miércoles, 23 de enero de 2008

El PP-Asturias desorientado

Se suele decir que el PSOE es una jaula de grillos en la que las distintas corrientes internas tambalean el barco sobre todo cuando llega el momento de confeccionar listas electorales.

Sin embargo, hay que ver, quienes están tirándose los trastos a la cabeza durante los últimos días son los dirigentes del PP a nivel nacional y autonómico aquí, en Asturias.

Ya se sabe que cuando las cosas van mal todo el mundo se mueve de aquí para allá buscando una vía de escape que les permita tener un futuro asegurado y tranquilo y, si se tercia, la oportunidad de dar algún bocado suculento que les llene el buche de nuevos cargos de poder dentro del Partido ante la catástrofe anunciada y esperada.

En el PP los "mandamás" hacen divertidos concursos de pulsos.

Ya sabemos cómo acabó todo en Madrid. Génova creó una estrategia para las Elecciones Generales que consiste en la inclusión de varios Alcaldes y Alcaldesas cuyo tirón popular en las urnas cuando se celebraron las Elecciones Municipales fue tan grande que podrían arrastrar esos votos para el asalto a La Moncloa. Sin embargo dentro de esa idea no había cabida para el Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, ya que preocupa más los votos que pueda llevar al Congreso del PP tras las elecciones que los que aporte para el Congreso de los Diputados.

Ante el ejemplo de los mayores, los niños actuán en consonancia. Por eso en Asturias estamos presenciando el bochornoso espectáculo de la confección de las listas al Congreso y al Senado.

Tras la elección de Gabino de Lorenzo, Alcalde de Oviedo, como cabeza de lista para el Congreso toca hacer la quiniela de los restantes puestos.

Gabino, que es muy suyo y le gusta eso del mando único, elaboró una propuesta de lista propia, saltándose a la Ejecutiva del PP asturiano, y decidió quiénes debían ir y a dónde debían hacerlo. De tal forma que se cargaba, en su propuesta, a Isidro Fernández Rozada y al cadáver político Ovidio Sánchez que, hasta la elección de De Lorenzo, eran los nombres que sonaban para encabezar la candidatura.

Gabino, a cambio, proponía de número dos a Pilar Fernández Pardo, Presidenta del PP Gijonés -cargo que ocupa tras ganar en su día a la candidata, Mercedes Fernández, que estaba avalada por Francisco Álvarez Cascos-.

Pero tras muchas idas y venidas, dimes y diretes, Madrid tomó la última la palabra para poner un poco de orden en este gallinero. De tal forma que Rozada será el número dos al Congreso dejando a Pardo en el tercer puesto; y en la lista del Senado, Gijón se queda sin representante a cambio de que el defenestrado Javier Sopeña, protagonista de uno de los mayores escándalos de la política ovetense de los últimos años, pueda repetir como senador.

Parece ser que Gabino estuvo a punto de mandar al carajo a Rajoy, pero debió darse cuenta de que serían demasiados órdagos perdidos.

¿Conclusión? De Lorenzo no manda tanto como piensa él y quienes le rodean, y es posible que haya algún Paco riéndose entre bambalinas. Y el PP tiene encima el nerviosismo del que se sabe perdedor.

De nuevo se hace necesario recordar la expresión que Rajoy dijo en su día, emulando al Conde de Romanones: "¡Joder, qué tropa!"

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