La primera resaca

Tras el anuncio de ETA la actualidad gira únicamente en torno a ese tema.

Estos días veremos cómo se van posicionando todas las piezas del tablero a la espera de que comience la partida.

Por un lado el Gobierno, con el PSOE, que se las ve en la situación más delicada al tener que liderar el proceso y encontrar el equilibrio necesario entre el Estado de Derecho y la negociación con la banda terrorista. ¿Hasta dónde se puede ceder? ¿Hasta dónde le dejaremos ceder?

¿Y hasta dónde cederá el PP? El Partido Popular también está situándose, buscando su propio espacio en un camino tan largo que es posible que alguna vez les toque recorrerlo desde el Gobierno. ¿Cuáles serán las tesis que finalmente alcancen la mayoría el la cúpula de Génova? ¿Las del enfrentamiento directo al Gobierno? ¿Las de la colaboración? ¿Y qué colaboración?

Habrá que dar tiempo a todo el mundo para saber cuáles serán las respuestas. Y esperar, sobre todo, las reuniones que empezará a mantener el presidente Zapatero con los cabezas de los partidos políticos.

Queda también por saber el papel que jugarán las víctimas. Tras la convención que celebraron hace unas semanas la mayoría rechazaba el diálogo ¿seguirá siendo así? ¿Volverán a salir en la calle según avance la situación? ¿Y encontrarán apoyo en el PP? Ese equilibrio que ha de mantener el Gobierno también ha de respetarlas, aunque sin olvidar cuál es el objetivo irrenunciable.

El juez Grande-Marlaska también se encuentra ahora con una papeleta. ¿Meter en la cárcel a Otegui minaría las espectativas de paz? Parece ser que no necesariamente, pero el tema forma parte del inmenso puzzle.

¿Y ETA? ¿Responderá a esa exigencia que se le pide desde el Gobierno de realizar un hecho inequívoco que realmente demuestre que busca el final? En mi opinión eso sería algo más difícil, supongo que para ETA el comunicado ha concluido con su turno y que ahora nos toca a los/as que estamos con la democracia gastar el nuestro.