"¿Cree usted que va a morir en la carretera?" es la frase contundente de la DGT en su pasada campaña de Semana Santa. También en ella se dice algo cierto "Nadie piensa que le va a tocar".
Durante estas vacaciones las cifras de los accidentes en las carreteras españolas son tremendas: 108 personas muertas, 60 heridas graves y 66 heridas leves. El 48% de las víctimas no llevaban puesto el cinturón de seguridad; sólo uno de los cuatro muertos en moto llevaba el casco; la distracción es el factor concurrente en el 41% de los siniestros, la infracción de las normas en el 33% y la velocidad en el 27%. El incremento respecto a las cifras del pasado año es del 2'8%.
Pero detrás de todas esas cifras hay tragedias personales; familias y vidas rotas. El accidente más terrible (si es que se puede graduar algo así) ha sido el acontecido en Asturias, con cuatro muertos y varios heridos. Dos de los/as fallecidos/as eran niños, igual que la mayor parte de los/as heridos/as puesto que se trataba de un autobús que trasladaba a un grupo de scouts.
El problema de los accidentes en carretera parece no terminar de encontrar solución. Y la concienciación de la ciudadanía no acaba de calar precisamente por ese "A mí no me va a tocar". ¿Si el límite de velocidad es de 120 por qué no limitan los fabricantes la velocidad del vehículo? ¿Por qué si cumplimos la ley al no robar o matar no lo hacemos cuando nuestra propia vida depende de ello?
Hay que comenzar con esa tarea de crear conciencia desde que se es pequeño/a. Tenemos que crecer sabiendo desde el principio que hay normas que deben ser inquebrantables en la carretera por nuestra propia seguridad.
Hasta ahora las medidas para frenar esto no han servido. El plan estratégico de la DGT parece, en teoría, impecable: educación y concienciación vial; vigilancia y control en las carreteras; coordinación entre administraciones, etc. Añadiría yo la mejora de las carreteras secundarias, como objetivo clave.
En Europa sólo Gran Bretaña, Suecia y Holanda están dentro del área "aceptable" en esta cuestión, con unos índices muy bajos de siniestralidad en carretera. Por lo tanto, existe parece ser un método adecuado. Tan sólo queda trasladarlo aquí y, lo más importante, lo fundamental, que nosotros/as pongamos de nuestra parte para que funcione.
miércoles, 19 de abril de 2006
¿Cree usted que va a morir en la carretera?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Está claro que el impactante anuncio de la DGT, que me ha gustado mucho, no ha servido para nada. Nunca va a servir, no nos engañemos, hasta que no te toque a ti el accidente (e incluso que salgas vivo para contarlo), o hasta que no le pase a alguien cercano a ti, o hasta que no te conviertas tú en el responsable de una o varias muertes.
Es una responsabilidad individual.Algunos de esos países que has nombrado tienen dentro de su sistema educativo una asignatura dedicada exclusivamente a la educación vial. Así que los niños, cuando son mayores y les llega la hora de conducir un vehículo, ven el uso del cinturón o el respeto de los límites de velocidad como hábitos tan normales como bajar la basura todas las noches (no es un gran ejemplo, a estas horas no me sale otro mejor). Educación. Ese eje fundamental que a veces se deja olvidado. Yo recuerdo clases de educación vial en mi colegio...me enseñaron a cruzar la calle...
Publicar un comentario